miércoles, 1 de junio de 2011

Choque mortal entre Urbanización y Hábitat Natural

La finca de Guadalquitón es un enclave ecológico privilegiado con grandes zonas de alcornocales costeros ubicada en el término municipal de San Roque (Cádiz); “una joya natural” como fue reconocida en el 2003 en la Declaración de Impacto Ambiental emitida por la Conserjería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Una Junta  qué ahora parece no tenerlo tan claro y que podría saltarse a la torera este informe que tachaba de INVIABLE el urbanizarla, y todo a pesar de que el valor ecológico de la finca continúe siendo el mismo.  Hablamos de una finca forestal de alcornocales, algarrobos, acebuches, etc. de aproximadamente unas 750 hectáreas con algunas especies catalogadas endémicas y vulnerables y, que tiene incluso restos arqueológicos de gran importancia, procedentes del Bronce Pleno y del siglo II d. C. Pero, que sin tener esto en cuenta, y al día de hoy, lo grave es que este pulmón verde no está protegido. Sólo existe una tímida consideración de Habitat Natural de Interés Comunitario. Nadie ha escuchado las voces de Ecologistas en Acción del Campo de Gibraltar exigiendo la necesidad de que esos terrenos sean declarados “Parajes de protección Especial” e incluidos, en concordancia con la Ley 4/89 de Conservación de Los Espacios Protegidos de Andalucía  para conectarlos al Parque Natural de Los Alcornocales. En cualquier otro país de Europa o incluso en otra Comunidad Autónoma hubiera tomado este camino de consideración ecológica. Las voces de protesta de muchos otros vecinos de esta zona y de personas de fuera con conciencia ecológica y sentido común parece que también están siendo ignoradas. 
Y es que aquí, como muchas otras veces, con el ladrillo y la especulación hemos topado. Guadalquitón es Propiedad de la familia Burguera que tiene un acuerdo firmado con el Grupo Realia para el  desarrollo urbanístico de la finca con  2.800 viviendas, campos de golf y hoteles. La Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Medio Ambiente, lleva años negándose a cualquier desarrollo en Guadalquitón, aduciendo para ello el gran valor ecológico, pero ahora resulta que la “joya” puede peligrar a la vista del Plan de Ordenación Territorial (POT),  pendiente de aprobación definitiva por parte del Consejo de Gobierno de la propia Junta de Andalucía, y avalado por el interés de algunos turbios acuerdos que planean sobre esta finca.

Consta también que el alcalde actual del PP, Fernando Palma, firmó hace pocos meses un convenio con Realia y la familia Burguera para desbloquear la operación de Guadalquitón. El desarrollo de este convenio se hace como un área de oportunidad en el Plan de Ordenación Territorial (POT) del Campo de Gibraltar, un plan subregional que está pendiente de su aprobación definitiva. La comisión técnica del POT aprobó el documento con los desarrollos pactados entre el Ayuntamiento de San Roque y Realia a mediados de marzo. Santa verguenza. Con razón el National Geographic ha cambiado el nombre de Costa del Sol por el de “Costa del Cemento”. Que poca visión de desarrollo sostenible para la esta zona por parte de dirigentes y promotores después de “visto lo visto” en Manilva o La Alcaidesa Costa, donde la aberración urbanística  y la percepción ecológica tercermundista queda más que demostrada. En cambio, si realmente nos aseguráramos de que en esta finca no entrara un ladrillo, Guadalquitón podría ser la maravilla del litoral como Espacio Protegido para el Campo de Gibraltar, del que podrían disfrutar  tanto locales como visitantes. Un tipo de estación medioambiental cuidada y controlada para conocer la flora y fauna de esta zona, con paseos para disfrutar a pie, circuitos para bicicletas, rutas a caballo, e incluso una zona cerca de la carretera con barbacoas de obra para los fines de semana donde se cobrara una entrada de acceso que sirviera para pagar a guardas pendientes de asegurarse cada día de que todo quedara  limpio y en orden. Pero aquí esto parece una utopía, a pesar de las promesas de no tocarlo de un alcalde de San Roque que se vio acorralado por unos artículos aparecidos en prensa, y de otros dirigentes que no dan la talla en materia de conservación ni la cara para que este paraje único no se encuentre todavía en peligro.   Remitido por Isabel.

4 comentarios:

  1. hay que identificar quien es quien en esta historia, el alcalde Palma ya demostró no ser trigo limpio, que decir del "pequeño Marcelino".

    ResponderEliminar
  2. Y ese quién es? el pequeño Marcelino?

    ResponderEliminar
  3. Oreja....tuvo una oferta de dinero por telefono, hace años que fue grabada, era para engrasar la tramitacion de Guadalquiton, se lo ofrecia a Palma para la campaña electoral.....que ignominia todo un exministro.

    ResponderEliminar
  4. ser exministro no es una categoría moral en este país

    ResponderEliminar