martes, 31 de mayo de 2011

Si hay paraíso, tendrá, como tuvo, un bosque de bosques.

Los bosques son el más completo y complejo logro de la historia de la vida. En ellos viven más especies de los cinco reinos que en ningún otro ambiente del planeta. Son eslabones imprescindibles de la mayor parte de los ciclos esenciales para la continuidad de la vida. Puesto que, al mismo tiempo, son prodigios de adaptación, los bosques también han conseguido una inabarcable variedad de formaciones diferentes. En la fotografía del fondo de este blog, tomada por Manuel Chalbaud Aresti, se muestra la complejidad del alcornocal costero del Guadalquitón-Borondo, en la actualidad sometido a la presión urbanística de no remediarlo las autoridades responsables.

Como si todo lo mencionado no fuera suficiente, las formaciones arbóreas, se han convertido en la actualidad, en el principal antídoto para las enfermedades más graves que aquejan al conjunto de la biosfera. De hecho, son la mejor medicina para combatir tanto el calentamiento de la atmósfera, como el avance de los desiertos, la masiva sexta extinción de las especies, la pérdida de fertilidad natural, la falta de recursos hídricos y, por supuesto, el avasallador afeamiento de los paisajes. Poco o nada es, en estos momentos, más crucial para la continuidad de la vida y de los procesos que la aseguran que la conservación y el crecimiento de los bosques.

(Bosque de bosques, texto de Joaquín Araújo adaptado por Juan Carlos Rubio. Gracias  Joaquín!)

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