La reciente noticia de que SAR el Príncipe Felipe se ha interesado por la defensa del alcornocal de San Roque ha despertado esperanza en todos los colectivos que defienden la protección de este ecosistema ante la amenaza de los planes urbanísticos en curso.
Siendo esta posición muy bienvenida, hay que recordar que la Casa Real española viene mostrando enorme interés por la conservación de los recursos a través de relevantes instituciones. Hace poco hemos visto como el conocido naturalista y documentalista afamado de la BBC, Sir Richard Attemborough recibió precisamente el Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales. Al Gore fue galardonado con anterioridad. Por otro lado, Don Juan Carlos es el presidente del Patronato del Fondo para la Protección de la Naturaleza (Fondena), que ha concedido distinciones bienales a relevantes personas e instituciones españolas -el catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad Complutense, César Gómez Campo; el biólogo José Antonio Valverde Gómez, Adena/WWF, la Dehesa Monreal, el Real Jardín Botánico, el periodista ambiental Benigno Varillas Suárez y Jesús Garzón, impulsor de los parques de Oyambre y Monfragüe (Cáceres), hasta la fecha.
Un inventario de urgencia de las actividades de las casas reales en materia de medio ambiente desvela sin duda posiciones de compromiso alentadoras. El rey Carlos Gustavo de Suecia, conocido cazador y amante de la naturaleza es el presidente de WWF/Suecia. En Dinamarca, el primer país del mundo que puso en marcha una ley para la protección del medio ambiente (1973), la monarquía refrenda todas sus políticas. La Princesa Mette-Marit de Noruega es una defensora del medio ambiente y participa activamente en una serie de actividades y fundaciones de apoyo. Fue invitada por ello a inaugurar la conferencia Framfylkingen sobre la diversidad y clima en Oslo. En Bélgica, el heredero a la corona HRH Prince Philippe preside la institución denominada Consejo Federal para el Desarrollo Sostenible, y su hermano el Príncipe Laurent tiene un dilatado currículo en actividades conservacionistas.
En un acto simbólico propio de su institución, la Reina de Inglaterra Isabel II ha puesto en marcha un proyecto para estudiar el cambio de combustible en los automóviles de la casa real inglesa. El reducido territorio de Monaco - Small Country, Global Focus, como reza su lema-, no ha minado el interés por el medio ambiente. Mónaco ha firmado el Protocolo de Kyoto y la Fundación que lleva el nombre del Príncipe Alberto II se ocupa de canalizar recursos económicos para numerosos proyectos conservacionistas en distintos lugares del planeta. En los Países Bajos, el Príncipe Willem-Alexander se enorgullece de haber escrito el primer blog realizado desde la Antártida (Febrero, 2009), formando parte de una expedición de la NWO (Organización Holandesa para la investigación de la Antártida).
En esta materia, una de las contribuciones más importantes del reino de Marruecos fue la creación, en 1991, del Parque Nacional de Souss-Massa. El monarca actual Mohamed VI es el impulsor del programa “Marruecos Verde”, cuyo objetivo es el desarrollo de las zonas de los oasis, ampliando las superficies de los palmerales y preservando el capital vegetal y forestal, especialmente el árbol de argán, pariente no tan lejano del alcornoque, y un genuino exponente del ecosistema marroquí y de su patrimonio agrícola. Hay que destacar también la labor del Rey de Butan, merecedora este año del galardón honorífico del Protocolo de Kyoto por su continuada posición en la conservación de la fauna y flora de Butan. Y también la labor de H.H. Shiekh Mohammed bin Zayed Al Nahyan, Príncipe heredero de Abu-Dhabi y Comandante Supremo de las fuerzas armadas de EAU, que auspicia numerosos programas de investigación y cuidado de sus ecosistemas, entre los cuales destacar la reciente introducción del extinto Oryx en sus desiertos.
Esperamos pues buenas noticias para todos los defensores del ecosistema costero de San Roque.
Juan Carlos Rubio
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